Primero teníamos que conseguir que la pelota no se fuese muy lejos y controlar la altura del bote. Rápidamente nos dimos cuenta de que no es necesario golpear al balón con violencia. Es mejor acariciarlo con los dedos dándole la fuerza necesaria.
Podíamos utilizar la mano que quisiéramos o las dos a la vez. La velocidad de ejecución era libre, así cada uno podía sentirse más seguro yendo a su ritmo.
Después practicamos por parejas los desplazamientos transportando los balones. Debíamos ir unidos para que no se cayese. En cada turno debíamos llevarlo con zonas del cuerpo diferentes.
¡FUE REALMENTE DIVERTIDO!
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